Tener un spa en casa es sinónimo de bienestar y relajación. Un espacio que nos invita a bañarnos en un agua limpia, segura y a una temperatura agradable que podemos ajustar a nuestro gusto. Y todo, rodeado de burbujeantes masajes que nos ayudan a relajar la tensión del cuerpo. Para asegurar que podemos seguir disfrutando de las bondades de este producto en casa por mucho tiempo, es importante hacer un correcto mantenimiento a tu spa hinchable.

La buena noticia es que el mantenimiento es sencillo, no suele llevar mucho tiempo y de hacerlo de forma adecuada nos permitirá proteger las piezas que componen nuestro spa.

Las indicaciones pueden variar dependiendo del modelo o fabricante de tu spa. En el manual de instrucciones podrás leer con claridad cuáles son las principales recomendaciones. Sin embargo, antes de realizar alguna acción asociada con el mantenimiento, desconecta el spa para evitar graves lesiones.

Mantenimiento del agua del spa

Al igual que sucede con cualquier piscina, los spas también están expuestos a la aparición de bacterias, microorganismos, algas u hongos. Diversos factores contribuyen a ello, incluyendo la frecuencia de uso que se le dé, la cantidad de personas que se bañen en el spa, y los agentes externos, como el clima, el polvo y más.

Para evitar la aparición de manchas, altas concentraciones de sal o de otros subproductos, es importante mantener el agua limpia y con un equilibrio químico adecuado, esto puedes medirlo, en especial los niveles de pH y cloro, con un kit de medición.

Al agregar cloro o bromo al spa, asegúrate de hacerlo en tabletas y con un dispensador de químicos. No agregues directamente la tableta al agua pues se irá al fondo, no se repartirá de forma uniforme y dañará el material con el que está construido el spa.

El cuidado del agua comienza antes de usarla. Antes de sumergirte en tu spa, date una ducha. Esto disminuirá la cantidad de sustancias que entran en contacto con el agua, como por ejemplo lociones que puede que estés usando. También es importante mantener la zona de alrededor limpia, pues las personas andarán descalzas sobre esa superficie antes de entrar al spa.

Una depuradora limpia, un agua segura

El rol de la depuradora es fundamental en cualquier spa. Se encarga de mantener el agua circulando y retirar de ella cualquier impureza. Para garantizar que el agua se mantenga en buen estado, es importante asegurarnos de su limpieza.

En concreto, de la limpieza del cartucho de filtro, donde quedan todas las impurezas que se han retirado. Lo más recomendable es revisar y limpiar el cartucho de filtro a diario y cambiarlos cada semana o sustituirlos si notas que se mantienen sucios o que tienen un color amarillento que no se puede retirar.

Limpieza del cobertor

El cobertor es una de las piezas de mantenimiento más evidente. Colocarlo sobre la superficie del spa cuando no lo estemos usando protege el agua de la contaminación externa y garantiza que se encuentre en un buen estado a la hora de volver a usarlo. Sin embargo, no solo se trata de cubrir el spa, también es necesario limpiar su cobertor.

Se debe hacer con frecuencia y limpiarse tanto por dentro como por fuera usando una solución desinfectante adecuada.

Si el spa tiene manchas, residuos y malas condiciones higiénicas, la recomendación es vaciarlo por completo, desinfectarlo y limpiarlo correctamente.